LAS
SINRAZONES DEL INTERVENCIONISMO MILITAR NORTEAMERICANO EN EL PERÚ
Nada justifica el envío de tropas norteamericanas a la región de
Ayacucho, así como la construcción de un aeropuerto militar en el Valle
del Huallaga simulado como aeródromo. Las contradicciones entre el
Ministro de Defensa Antero Flores Araoz y la congresista Mercedes
Cabanillas sobre el uso de armas por parte de las tropas que realizarán
'labor humanitaria', evidencian que la información está restringida y
que sólo un grupo muy selecto conoce los acuerdos secretos en temas de
defensa y seguridad que vinieron atados con el TLC que se aprobó con
los Estados Unidos.
El tema es que los norteamericanos no le han impuesto a otros países
hermanos acuerdos secretos para suscribir Tratados de Libre Comercio, lo
han hecho con el Perú y el operador probablemente haya sido el
mencionado Flores Araoz desde la embajada en la OEA.
El NAFTA no incluyó acuerdos militares secretos. A México recién en el
2002 y como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre, la
incorporaron dentro de un esquema de seguridad llamado ASPAN, a cambio
de un acuerdo migratorio que Bush incumplió, pero el ejército mexicano
no se ha incorporado a dicho esquema, solo es observador. El Plan Mérida
– recientemente aprobado- es un acuerdo público que incluye a
Centroamérica, donde la diplomacia chavista es muy activa y popular.
Hay por tanto una correlación entre Tratados de Libre Comercio y
Acuerdos de Seguridad, como se le llama actualmente a las políticas
imperialistas intervencionistas de los Estados Unidos, pero llama la
atención la oscuridad de los acuerdos con el Perú.
La presencia de tropas norteamericanas en el Perú, desde nuestro punto
de vista, busca lo siguiente:
Primero, desestabilizar a los gobiernos de izquierda
nacionalista en Ecuador, Bolivia y Venezuela por sus políticas en la
defensa de sus recursos naturales. Advertir al naciente gobierno de
izquierda en Paraguay y neutralizar a los brasileños. En los países
andinos, se desarrollan contradicciones producto del propio proceso de
cambio político y redistributivo en que están inmersos, contradicciones
que son agitadas por la oposición de derecha, la cual usa una estrategia
de fractura del estado nacional hábilmente encubierta con el discurso de
la 'autonomía' y 'los referéndums regionales'. Tarde o temprano los
gobiernos nacionalistas, agotado el diálogo, tendrán que usar el
monopolio de la fuerza legítima que el pueblo les ha autorizado, para
reprimir a esta derecha que prefiere el separatismo antes que aceptar
una reforma agraria (caso Bolivia), la nacionalización de los recursos
(caso Ecuador) o el ascenso popular organizado y la alianza con Cuba
(caso Venezuela).
Cuando ello ocurra la derecha separatista de Santa Cruz-Beni-Tarija en
Bolivia; Guayaquil en Ecuador; y Zulia en Venezuela buscará el apoyo
militar de los EEUU, y Perú tendrá entonces tropas yanquis bien
entrenadas en su territorio.
Es una irresponsabilidad, que el gobierno de García Pérez-Del Castillo
Gálvez, involucren al Perú en estos conflictos cuya única solución
compete a los países involucrados. Una señal de lo que ocurre
actualmente la dio el Gobierno del Perú al reconocer unilateralmente y
por presión de Estados Unidos, la independencia del Kosovo, paso que un
número muy importante de países europeos no ha dado, al dudar de la
legalidad y procedencia política del separatismo kosovar.
Fue una provocación al Gobierno de Bolivia y una señal para el
separatismo Santacruceño, el más fuerte de los movimientos que se oponen
al Presidente Evo Morales.
Segundo, en el Perú las elecciones del 2011 generarán una
gran polarización social y política, las fuerzas pueden estar muy
parejas, pero al igual que en las elecciones del 2006 en México, la
elección podría ser manipulada por el gobierno y los poderes fácticos,
mediáticos y económicos aliados contra la oposición de izquierda o
centro izquierda. Las posibilidades de un fraude electoral contra la
oposición es una hipótesis que debe considerarse con toda seriedad, dado
el fundamentalismo neoliberal económico imperante en quienes dirigen el
Estado Peruano.
La oligarquía peruana y transnacional jugará un esquema de suma cero en
las elecciones del 2011, si ve peligrar sus privilegios tributarios y
fiscales. La legalidad y la limpieza electoral quedará subordinada al
objetivo de ganar la elección a como de lugar.
Las ONG´S y Fundaciones norteamericanas y españolas centradas en
estudios electorales están diseñando una teoría siniestra que habla de
'imperfecciones de la democracia' y de 'Gobernabilidad con seguridad'
para justificar fraudes electorales. Esa sería la cobertura intelectual
políticamente correcta para imponer unos resultados contra la voluntad
popular, y a favor de la oligarquía minero-agro exportadora.
En esa perspectiva, las tropas norteamericanas en el Perú, son un
elemento disuasivo si se producen protestas populares y si la presión de
la oposición pone en riesgo el ascenso de un gobierno ilegítimo producto
del fraude. Incluso en el supuesto que el ejército peruano se declarase
neutral ante el conflicto, los norteamericanos podrían prestar ayuda a
un gobierno débil y ayudar con inteligencia militar a la represión.
Tercero, la 'guerra contra las drogas' que EEUU impulsa en
la región a través del Plan Colombia y el Plan Mérida, tendrá un
correlato en el Perú. No hay elementos de juicio válidos que nos
permitan plantear la necesidad de una presencia armada de tropas
norteamericanas en el Valle del Huallaga, pues los compromisos
adquiridos por el Perú contra los cultivos de coca se han cumplido en
gran medida. La producción de hoja de coca ha descendido y su
recuperación es muy pequeña, siendo Colombia el país donde
más recientemente se ha expandido el cultivo de la hoja de coca.
El aeropuerto-aeródromo servirá para campañas de defoliación masiva, las
mismas que han generado las protestas de Ecuador, ante la defoliciación
en su frontera con Colombia, por el daño medioambiental y el perjuicio
en los habitantes campesinos más pobres de la frontera, incluyendo
etnias indígenas como los Ashuar. La defoliación obligatoria es otro de
los acuerdos secretos para aprobar el TLC, miles de campesinos se verán
afectados y se movilizarán.
Las tropas norteamericanas usando tecnología de punta, realizarán tareas
de inteligencia contra los movimientos campesinos y la oposición
democrática en el Perú. La base del Huallaga se usará también para
proveer a las Fuerzas Armadas de Colombia de acceso a territorio peruano
en el supuesto de un repliegue de las FARC ante ofensivas del ejército
colombiano. De esta forma se operó el ataque al campamento de las FARC
en Ecuador donde estaba el líder político de la guerrilla, el
sindicalista Raúl Reyes, abatido en una acción coordinada desde la base
de Manta que ahora los norteamericanos tendrán que abandonar.
Estados Unidos está negociando con el Gobierno de Álvaro Uribe la
instalación de una base alterna en el Caribe, directamente
orientada contra Venezuela. Con el pretexto de las FARC, el Pentágono
quiere proteger el suministro petrolero y poner bajo presión acuerdos
entre China Popular y Venezuela para el abastecimiento de petróleo. Es
la típica política "imperialista del dólar" de comienzos del siglo XX,
mediante la cual EEUU consideraba de su uso exclusivo los recursos
naturales latinoamericanos y presionaba económica, política y
militarmente a aquellos países que suscribían convenios comerciales con
potencias extranjeras de otros continentes.
El Perú no debe involucrarse en el conflicto colombiano, ni sumarse a
una solución final que busca terminar con las FARC en un auténtico baño
de sangre. Las coordinaciones regionales entre estados andinos deben ser
políticas para lograr un Acuerdo de Paz en Colombia.
Cuarto, la presencia de tropas norteamericanas en el Perú
es un claro boicot a los intentos para crear un Consejo de Defensa
Sudamericano impulsado por el Brasil. Es un auténtico torpedo al UNASUR
y una grave contradicción de la política exterior del gobierno de Alan
García y sus ministros José Antonio Belaunde y Antero Flores Araoz,
ninguno miembro del partido aprista y ajenos a sus principios y a las
ideas de Haya de la Torre. Con el asesoramiento de estas personas, por
un lado el Presidente García hace uso de una retórica integracionista, y
por otro toma decisiones que sabotean la unidad defensiva de Sudamérica.
El UNASUR es una iniciativa de Brasil y Argentina, los países con más
peso regional, ante las cada vez más desembozadas pretensiones de
Estados Unidos y la Unión Europea para apropiarse de los recursos
forestales, biogenéticos y acuíferos de la Amazonía, incluyendo a largo
plazo territorios “Declarados patrimonio de la Humanidad”.
Con tropas norteamericanas amenazando a Venezuela, Ecuador, Bolivia,
Paraguay y con bases en Colombia y Perú, más pistas de aterrizaje en
Chile (El verdadero aliado económico y militar de los EEUU en
Sudamérica) ¿Como se quiere organizar un sistema de defensa regional sin
Estados Unidos? El Presidente Lula debe estar considerando a Alan García
su máximo enemigo en la región. El Presidente peruano acaba de anunciar
un nuevo viaje al Brasil cuyo objetivo seguramente será otorgar
garantías al Presidente Lula.
Además las recientes modificaciones en la legislación peruana que
promueven una nueva etapa de latifundios en la amazonía, concesiones
privadas extensas, y retiro del estado regulador en el área, permiten
suponer que se ingresará en la lógica de los enclaves transnacionales,
los cuales hacen relativos los conceptos de soberanía y reducen al
mínimo el concepto de Estado Nacional. Los TLC que el alanismo está
promoviendo de forma histérica, los contratos de inversión y el título
económico de la Constitución de 1993 lo permiten.
Los concesionarios extranjeros buscarán apoyo y seguridad en tropas
extranjeras altamente eficientes para proteger sus inversiones y
neutralizar a los movimientos políticos y sociales campesinos. Agitarán
la “amenaza” de las FARC y el MRTA en la Amazonía. En realidad quieren
proteger sus inversiones y desconfían del ejército peruano.
Si Fujimori perdió una guerra con Ecuador, entregó Tiwinza y admitió
enclaves ecuatorianos en la selva amazónica peruana, Alan García está
fragmentando y fraccionado la selva amazónica, y convirtiendo al Perú en
la nueva Tarapacá del capital chileno.
Eduardo Bueno León
México DF a 21 de junio del 2008
Corregido el 26 de junio del 2008
Imprimir
Artículos anteriores
*Sociólogo y Politólogo egresado de la
Universidad Complutense de Madrid. Master en Estudios del Desarrollo por la misma
universidad. Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Actualmente es profesor de
la Universidad Iberoamericana del DF, La Universidad Anahuac y la UDLA sede México
DF. Es investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la UNAM.