¿Autonomía puneña o
nuevo pacto estatal?
Por Eduardo Bueno León *
Se está promoviendo una verdadera tempestad con unas declaraciones
realizadas por el Presidente de la Región Puno, Sr. Hernán Fuentes. El
polémico representante altiplánico -hasta donde se entiende de sus
confusas declaraciones- está planteando un modelo federal de estado,
donde Puno tenga un pleno autogobierno.
La derecha histérica inmediatamente lo ha acusado de separatista y se
señala al Presidente Hugo Chávez de estar detrás de la propuesta, como
si este último no tuviera ya suficientes problemas que atender en sus
propias fronteras territoriales.
Respecto a la propuesta de cambiar el modelo territorial de estado
unitario a uno federal , solo podría hacerse mediante un proceso
constituyente, pero un modelo federal no garantiza una mejor
redistribución de los recursos ni siquiera un pleno autofinanciamiento,
pues todo modelo federal implica alguna forma de coordinación fiscal que
permita equilibrar la distribución territorial de los recursos con
criterios equitativos.
Por ejemplo México, que es un estado federal, tiene un sistema fiscal
donde aproximadamente de cada diez pesos (un dólar) de inversión pública
en los estados, nueve corresponden a la federación (Gobierno de
Calderón) y sólo un peso corresponde a los estados, las entidades
federativas que más aportan no son necesariamente las que más reciben en
la redistribucón fiscal y la dependencia económica de los estados
respecto a la federación es abrumadora.
Por lo tanto marchar a un modelo federal no resuelve el problema fiscal
ni redistributivo, lo que se consigue más bien es elevar el
autogobierno, plantear el tema soberanista, y crear instituciones con
una fuerte identidad local. El federalismo en algunos países
latinoamericanos durante el siglo XIX provocó guerras y conflictos
regionales, pero en el Perú no prosperó y además su éxito en países
grandes y con enormes recursos como Brasil, México, Argentina y
Venezuela se debió a la necesidad de integrar territorios y consolidar
fronteras sumando al naciente estado nacional a las élites políticas y
económicas regionales.
El Sr. Fuentes por lo tanto tiene nociones vagas sobre el tema , y
quizás lo que está planteando, es un desarrollo del autogobierno con
características autonómicas (modelo español) pero España no es un modelo
federal, estando el máximo desarrollo autonómico concentrado en el País
Vasco y Cataluña, no en el conjunto de las autonomías españolas, pero
ambas autonomías españolas son las que más aportan al producto bruto
ibérico, y los derechos forales vascos (autonomía fiscal)data de los
tiempos de los reyes católicos.
Si fuera el caso de una propuesta puneña de modelo territorial de estado
con autonomías, entonces los neo autoritarios racistas- macartistas
peruanos liderados por los diarios Correo y Expreso, no deben buscar en
Venezuela ni en las casas ALBA, basta con que vean las experiencias
autonómicas en Canadá y Australia, donde la autonomía indígena se ejerce
a plenitud dentro de los pactos federales. Y desde hace más de una
década, mucho antes que el chavismo apareciera en escena, los
movimientos indígenas en México y Ecuador, y los afro centroamericanos
en Nicaragua ya planteaban la autonomía local y formas de estado
multiétnicos.
Dentro de lo “confuso” del lenguaje empleado por el Presidente regional
de Puno, lo que se entiende es que se está planteando para Puno una
autonomía regional con características indígenas.
Y dicha propuesta no debe escandalizar a nadie, pues ha sido uno de los
mayores logros constitucionales democráticos en países con modelo
estatal unitario como Ecuador, Bolivia y Colombia por parte de los
movimientos étnicos, pero a diferencia de Perú, en dichos países se
formaron sujetos sociales indígenas con la suficiente capacidad política
y social para reformar el estado y renegociar sus formas de integración
nacional.
La frustración indígena en el Perú se debe a la década de la violencia
(años ochenta) y organizaciones terroristas como Sendero Luminoso que
manejaban un ambiguo discurso indígena-clasista, lo cual aisló las
reivindicaciones indígenas bloqueando el surgimiento de actores étnicos
en los años noventa. Sin sujetos étnicos o activos movimientos sociales
la propuesta de Hernán Fuentes no pasa de ser una propuesta burocrática
y obviamente crea alarma entre la élite económica criolla limeña
transnacionalizada, la gran beneficiada del centralismo. Es una
provocación que inmediatamente comienza a ser leída en claves
geopolíticas regionales o en imaginativos escenarios de guerra política
donde entran a tallar las FARC, el reconocimiento de Kosovo por el Perú,
las autonomías separatistas bolivianas, el nacionalismo chavista,
etc
La reacción del gobierno ha sido de rechazo total, ya son conocidas las
malas relaciones del Presidente del Consejo de Ministros y el
Presidente del Congreso con el Presidente Regional de Puno, pero
incluso un editorialista de un diario conservador alerta de no producir
normas estatales que transformen los gobiernos regionales en caricaturas
y apela al dialogo, mientras uno de los máximos dirigentes del partido
de gobierno llama a la represión pura y simple, que es la forma menos
inteligente de solucionar problemas de esta naturaleza, salvo que se
quiera desde ahora crear un clima de “terrorismo” y de “amenaza de
ingobernabilidad” para desestabilizar los procesos electorales futuros y
asegurar la reproducción del modelo neoliberal imperante.
Lo cierto es que la crisis de los años ochenta y la Globalización
crearon las condiciones para que se replanteen en la mayoría de los
países latinoamericanos, los términos del viejo pacto republicano del
siglo XIX inspirado en el principio de naciones mestizas. El desborde
popular, la informalización cultural urbana y la cholificación de la
sociedad peruana no pueden ser entendidas sólo como una etapa más del
difícil camino del mestizaje, pues su desarrollo se produjo con
hegemonía criolla.
Al revés, son procesos que ponen en tela de juicio la hegemonía
criolla-neoliberal del mestizaje, son las bases sociales que se están
formando para replantear el viejo pacto que dio origen a la república
criolla de grupos y clases subordinadas.
Y esto es justamente, lo que genera los odios politicos e intelectuales
desde los medios de comunicación vinculados a la oligarquía minera
exportadora y rentista, que se reactiven movimientos sociales que
presionen para la redefinición del estado y cambien el modelo jurídico
de conseciones y explotaciones sobre la base de la reivindicación
territorial indígena de los recursos naturales.
Y si bien es cierto la propuesta de Hernán Fuentes es confusa, ello no
anula los males del centralismo y la necesidad de seguir construyendo la
regionalización. Y es una verdadera tragedia que el partido de
“gobierno” olvidando la lucha de Haya de la Torre contra el centralismo
de las oligarquías, no sea sensible a las demandas regionales de elevar
el autogobierno local y más bien intente limitarlas. La
representatividad y legitimidad que no se consigue en las ánforas
regionales, pretende ser construida desde el poder político del estado,
esa vía lleva inevitablemente a la confrontación, y ello está
repercutiendo negativamente y de forma decisiva en los índices de
aprobación del Presidente García.
El país cholo dirigido por élites criollas
neoliberales desde 1992 está tocando fondo, es necesario pensar nuevas
formas de acción política que permitan la organización de instituciones
mediadoras y no solamente gestoras de los conflictos.
Imprimir
Artículos anteriores
*Sociólogo y Politólogo egresado de la
Universidad Complutense de Madrid. Master en Estudios del Desarrollo por la misma
universidad. Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Actualmente es profesor de
la Universidad Iberoamericana del DF, La Universidad Anahuac y la UDLA sede México
DF. Es investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la UNAM.
![www.PuebloContinente.com](files/izquierda.gif)
![Volver](files/reward.gif)