Puerto de Palos

AREQUIPA : ¿ EL COMIENZO DE LA ARGENTINIZACION ?

( LAS PRIVATIZACIONES O COMO ECHAR GASOLINA AL FUEGO )

Los recientes acontecimientos en el sur peruano nos sugieren las siguientes conclusiones :

Primero, concluye la tolerancia social al ajuste permanente y al modelo económico que ideológica y políticamente lo sustentaba.Durante los años noventa, la población toleró el ajuste neoliberal o su resistencia se redujo al mínimo. Fue un fenómeno que se extendió a varios países de América Latina. Durante las movilizaciones contra el fujimorismo, se cuestionó el modelo económico y la recesión sirvió de revulsivo. Lamentablemente, la caída del régimen fujimorista-montesinista sólo fue interpretado por el gobierno de transición de Valentín Paniagua y el toledismo como un relevo y alternancia, donde se dieron inicio a algunas medidas anticorrupción. Le tocó a Alan García durante su campaña, denunciar al fujimorismo económico y plantear en la agenda política los temas cruciales acerca de la injusticia social del modelo. Y lo hizo, señalando explícitamente que ello no implicaba un retorno al estatismo y a la burocratización política. Con ello, el líder aprista dejó claro que mientras el modelo económico no fuese transformado, no se culminaría el cambio de régimen.

Segundo, la CPA propuso más de 60 medidas para reformar el modelo económico, se planteó el principio de subsidiariedad * concertada con los agentes económicos y sociedad civil, impulsó el banco agrario como un primer impulso para la reactivación del agro, se aprobaron leyes laborales que restauraban los derechos sociales básicos conculcados por el autoritarismo neoliberal, y al mismo tiempo desarrolló una estrategia de posicionamiento político que convirtió al APRA en el eje de la oposición, venciendo el aislamiento, al antiaprismo, la antipolítica, neutralizando la leyenda negra y coadyuvando a la gobernabilidad del país. Las encuestas definieron que esa estrategia era la adecuada. Más del 40 % de los peruanos a nivel nacional darían su apoyo al PAP en eventuales elecciones.

* Principio de subsidiariedad no es lo mismo que rol subsidiario del estado.

Tercero, la crisis arequipeña reciente ha desnudado a los actores y ha evidenciado los límites de las estrategias políticas. Ello también toca al APRA. Hay un nuevo ciclo de desborde popular antiprivatizador, antineoliberal regionalista y por la dignidad democrática.La suspensión del proceso de privatización, marca un hito mundial. Después del referéndum sobre la privatización de la sanidad charrúa que convocó a comienzos de los años noventa el presidente Lacalle en Uruguay y que generó el primer rechazo popular y democrático a las privatizaciones, el caso arequipeño es el segundo ejemplo que nos demuestra que las privatizaciones no gozan de la simpatía popular.Y ello tiene que ver con algo más complejo que la pura política de comunicación. Es una derrota del neoliberalismo, de las agencias y casas bursátiles que manipulan los valores de riesgo y deuda, de los tecnócratas que asumen que la política está subordinada a la economía, y de aquellos líderes que sucumben a las tentaciones del autoritarismo tecnocrático.

Cuarto, el movimiento arequipeño dinámico, contradictorio, confrontacionista ha servido de catalizador para la constitución definitiva de actores sociales regionales con líderes regionales. Se acabó el ciclo hegemónico de los partidos nacionales centralistas. Sin embargo, no perdamos de vista que en el desarrollo de dicho movimiento aparecieron los signos de la antipolítica. Este movimiento debe llevar a una profunda reflexión acerca de lo que el fujimorismo dejó como mentalidad en algunos sectores. Los diputados del APRA y de Perú Posíble que se sumaron militantemente a las demandas arequipeñas le han hecho un inmenso favor a sus partidos y colegas parlamentarios. De momento, el movimiento arequipeño le ha devuelto a la democracia su sentido popular y participativo.

Queda la gran cuestión que se reproduce en otros países ¿ Cual es el límite político de movimientos populares locales ? Si es la política de partidos, entonces en los próximas semanas asistiremos a la formación de actores políticos regionales. Si no fuese ese el camino, el movimiento popular quedará como una masa disponible a discursos antisistémicos.

Quinto, el Partido Aprista Peruano fue pillado de sorpresa y los cálculos para mediar en la situación no dieron resultado. No se olvide que hace unas semanas se convocó una huelga nacional que fracasó parcialmente y ello debió estar en el ánimo de los dirigentes del PAP. Empero no participar en la protesta genera que sean otros los actores que definen el problema, concretamente los alcaldes regionales y el grupo de ministros que viajaron a la ciudad blanca para impulsar el diálogo. La estrategia del APRA, luego del levantamiento arequipeño tiene que ser reflexionada y replanteada. La estrategia de reposicionamiento político y electoral debe integrarse a una estrategia de mayor penetración social y regional, vía alianza o pactos puntuales. El partido liderado por Alan García debe hacer pesar su carácter de segunda fuerza legislativa, ya no ante el desfalleciente gobierno toledista, sinó ante las fuerzas regionales.

Sexto, las privatizaciones de los servicios públicos o que impliquen tarifas de servicios públicos, no deben ser aceptadas por el partido aprista ni por el centro izquierda como una cuestión de principio. Todo lo demás, puede ser objeto de discusión. Según el programa de la COPRI quedan pendientes 62 privatizaciones para este ejercicio fiscal.

La CPA votó a favor de los presupuestos del ejercicio 2002-2003 las cuales contemplaban las privatizaciones. La frustrada interpelación al ministro de economía PPK, fue una gran oportunidad perdida para revisar estos aspectos y aclarar el alcance de las privatizaciones. No se pudo hacer y por lo tanto, la CPA debe definir una posición teórica y política sobre este punto.Se debe aclarar en que privatizaciones se está de acuerdo y en cuales no.

Lo sucedido en el sur también demuestra un hecho no tomado en cuenta hasta ahora o insuficientemente valorado. Para las regiones las empresas estatales no son sólo un activo público, son fundamentalmente una parte constitutiva de la identidad regional, son los pilares de la estructura política regional, son el símbolo de formación social de varias generaciones y muestra de su progreso y desarrollo. Los intentos privatizadores en este tipo de empresas debe considerar esta dimensión social, política y cultural. No son sólo aspectos técnicos lo que debe definir una decisión.

Séptimo, el problema en el sur no está definitivamente resuelto, pero la democracia que se reinauguró con el gobierno toledista acaba de tener un punto de inflexión. La salida del ministro fascista Rospigliosi de manera ignominiosa es un triunfo de los trabajadores y de los luchadores sociales fuertemente reprimidos por este hijo del estalinismo e izquierdista incendiario de los setenta.

Para el neoliberalismo la decisión de Toledo es una muestra de debilidad. Para quienes le votaron, significa un reencuentro entre el presidente y sus electores. Si finalmente la privatización sólo se posterga y se mantiene el programa completo, entonces los escenarios son de fuerte polarización. Y en esa situación, el partido aprista podría ocupar el centro político si mantiene su actual estrategia, pero perderá seguramente a la izquierda social. El nuevo partido descentralista del diputado Javier Diez Canseco ocupará entonces ese espacio dejado vacante. Y lo más probable es que surja dentro del APRA una tendencia disidente, antiparlamentaria y antialanista que se cobije en el naciente partido.

Si la privatización se anula de manera definitiva, sea por vía judicial o porque la empresa ganadora se retira ante la situación política, entonces el programa económico del gobierno debería entrar en revisión. La salida de los neoliberales del gabinete sería cosa inmediata. ¿ Se reorientará el presidente Toledo hacia un programa reactivador donde se aprovechen los espacios para una política reactivadora haciendo uso de los instrumentos macro ? ¿ El estado promotor y regulador, no estatista ni burocratizado como eje de un desarrollo democrático y concertado ? ¿ Volverá Toledo a su primer programa cuando planteaba hacer uso de 1000 millones de las reservas para impulsar la producción ?

Si ese fuera el caso, el APRA debería plantearse seriamente, el paso de la concertación legislativa a un gobierno de coalición democrática con un nuevo modelo económico.El rol del aprismo en ese hipotético caso sería liderar la formación e institucionalización de las regiones y la reactivación económica, ese debería ser el espacio político del partido aprista en un hipotético gobierno de coalición.Ello empero es sólo una hipótesis de trabajo, no una propuesta política.

Un gobierno de concertación después del 28 de julio significaría un acto de responsabilidad política ante el país, una desmitificación sobre la " incompetencia del APRA para gobernar ", un reposicionamiento internacional y un arrinconamiento del antiaprismo más furibundo. Empero los costos podrían ser altos, si la concertación no produce resultados. Y ello depende del cambio del modelo económico.

Sin embargo todo parece indicar que el presidente seguirá tercamente con su programa económico neoliberal " con rostro humano " es decir, insistir en el ajuste con retórica de buenas intenciones. También parece que fortalecerá su alianza con el antiaprismo, en el fondo Toledo teme quedar atrapado en una alianza con el APRA y Alan García. Sus asesores " izquierdistas" le recuerdan a cada rato lo que le pasó a Alfonso Barrantes por su colaboración con Alan, cuando lo que hundió al barrantismo fueron las deslealtades de Henry Pease y el pro senderismo de Javier Diez Canseco.

Es una verdadera tragedia peruana que toda una generación política tenga tanta animosidad contra Alan García. Por otro lado, en octubre son las elecciones en el Brasil, nuestro poderoso vecino. Y lo más probable es que gane el candidato de la izquierda Luis Ignasio Da Silva más conocido como Lula. Acaba de concretar una alianza con el partido liberal de centro derecha y en estos momentos, los operadores internacionales están creando alarma en los mercados que repercute en el valor de la deuda y el tipo de cambio brasileños. Pero la distancia de Lula sobre Serra el candidato " socialista " del presidente Cardoso es de casi 20 puntos. Nada está seguro, sobre todo teniendo en cuenta que la cadena O´Globo todavía no inicia sus tradicionales campañas contra el candidato del PT.

Pero de darse el triunfo de Lula ¿ Toledo iniciaría un giro hacia el centro izquierda ? ¿ Habría mayor margen de juego para una alianza con el APRA y descartar a sus aliados inmovilistas ? Es más, ¿ Tendría que optar Toledo entre seguir el camino de Fernando de la Rúa o el camino de Lula ?

Lamentablemente, ya suponemos por donde va a dirigir su gobierno. Los que realmente padecerán esta impericia política serán los peruanos y no el APRA. Octavo, de acuerdo a lo anterior, y tal como lo hemos expuesto en otros artículos, el gobierno necesitará al APRA para mantener la estabilidad política. El apoyo debe ser al régimen político siempre y cuando se produzca un cambio de orientación. El APRA no debe ser sólo bombero o practicar una oposición leal pero ineficaz, sinó actor en la toma de decisiones públicas. Y no debe confundirse el apoyo a las demandas sociales o regionales con la trasmutación en el movimiento mismo. La oposición movimientista y callejera todo lo reduce a la pura protesta. Uno de los límites por ejemplo de este tipo de oposición, es que no genera propuestas o políticas públicas alternativas. Ello también termina agotándose, sinó recordemos lo que le pasó a la Izquierda Unida en los ochenta.

La otra opción es propiciar la salida de Toledo, pero con ello se gana muy poco. El vicepresidente podría organizar un gobierno para más de lo mismo, y ello acarrearía un proceso fuerte de deslegitimación del sistema democrático. El renacimiento del fujimorismo sin Fujimori sería inevitable. Propiciar un adelanto de elecciones sería el equivalente a un golpe de estado.

Noveno, las privatizaciones como sinónimo ideológico de modernidad se han transformado más bien en sinónimo de ingobernabilidad. Pero el levantamiento popular arequipeño también debe interpretarse como un punto de inflexión frente al estilo político toledista de incumplir sus promesas y hacer gala de una arrogante prepotencia. Ofrecer no privatizar, luego cambiar de opinión, después descalificar la protesta, lanzar un discurso nacional desafiante, decretar el estado de emergencia devolviéndole al ejército un injustificado protagonismo y finalmente recurrir a la iglesia para solucionar el entuerto, es una muestra del rumbo errático del presidente y de las fuertes pugnas al interior del toledismo.

El presidente en ese sentido ha estado siguiendo el camino del ex presidente argentino Fernando de la Rúa. Ojalá después de lo acontecido se produzca la gran rectificación y que el fundamentalismo neoliberal de PPK, el antiaprismo de Olivera - Solari, la desconfianza y tirria de Eliane Karp sean puestos de lado.

Décimo, el sistema democrático puede quedarse sin soportes políticos y fácilmente hundirse. La proclamación del estado de emergencia y la imagen de un general en traje de campaña tomando decisiones políticas sólo puede ser un anticipo o la antena de la naturaleza real del estado precario en que se organiza la política peruana. Nuestra democracia se organiza con otras pautas o sobrevivirá con alfileres, con lo cual el desencanto y el escepticismo ganarán de nuevo espacio y volveremos a los ciclos pendulares. No podemos dejar de anotar también, el siniestro comportamiento en esta crisis de la lideresa de Unidad Nacional Lourdes Flores, confundiendo principio de autoridad con arrogancia. Sus declaraciones manifestando que las privatizaciones no debieron suspenderse y que el estado de emergencia debe mantenerse, son indicadoras de una mentalidad poco democrática y reflejo del autoritarismo de la década pasada. Hay que recordar que un principio democrático elemental, es " que gobierna la mayoría con el consentimiento de la minoría ". Para finalizar por el principio,

El levantamiento popular en el sur peruano marca un punto de inflexión respecto a la parálisis del cambio de régimen que pretendió ser reducido a un puro relevo o alternancia. Las privatizaciones generan ingobernabilidad y ello no se arregla con una buena política de comunicación mediática. Es menester plantear un debate sobre este tipo de políticas y cualquier decisión debe ser consultada con los sectores afectados. Se acabó la privatización tecnocrática, al vapor y vía decretazo.

La privatización de los servicios públicos no debe ser admitida.

Urge el cambio del modelo económico recesivo que aspira a la llegada espontánea de la inversión extranjera. Recuperar el concepto de estado promotor, regulador y concertador que no tiene nada que ver con el estatismo conservador de congelados, melancólicos y chicheros.

Reconocer la fuerza de los movimientos regionales no como una debilidad democrática sinó como el justo desborde tras una década de autoritarismo y liquidación de las estructuras de representación regionales. Pero advertir que este tipo de movimientos tienen límites en cuanto a su capacidad de generar alternativas, regular la protesta e institucionalizar la política.

Firme compromiso con el régimen democrático a través de la concertación. Rechazar cualquier intento de destitución del presidente Toledo. Pero advertir que si este insiste en su política económica, la ingobernabilidad que genere se lo llevará entre la pata de los caballos. En estos momentos los peores enemigos de Toledo están en su partido y en su gobierno.

La oposición democrática representada por el APRA tiene la oportunidad para reimpulsar el cambio de régimen político-económico negociando sus apoyos en la dirección de un cambio en el modelo económico que Alan García ya denunció en su oportunidad y que la CPA ha tratado de manera infructuosa de reformar.

Si el toledismo desaprovecha esta nueva oportunidad para reencontrarse con su electorado popular, para organizar una concertación real, efectiva y no simulada, sinó cambia el modelo económico y no deja de estar descalificando al APRA y Alan García con referencias al gobierno de los años ochenta, si sus operadores no dejan de estar manipulando la Comisión de la Verdad y la Corte Interamericana de Justicia de Costa Rica por el asunto de los penales, vale decir si el toledismo no define sus acciones en interés del Perú y su castigada población, entonces no será responsabilidad de la oposición, ni de la sociedad civil y menos de las regiones que el Perú se " ecuatorianice " o " argentinice ".

El presidente tiene la oportunidad de rectificar, pero es su responsabilidad y de nadie más hacerlo.

Eduardo Bueno León

México DF a 20 de junio del 2002


*Sociólogo y Politólogo egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Master en Estudios del Desarrollo por la misma universidad. Doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM. Actualmente es profesor de la Universidad Iberoamericana del DF, La Universidad Anahuac y la UDLA – sede México DF. Es investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la UNAM.

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