Mientras todos miran el ataque a los EE.UU.

 Identifican Osamentas en

Bases de la CIA

En lo que fue una base de la CIA en Honduras se han rescatado 28 osamentas de las cuales se han identificado once.

Por AFP / Grupo Reforma

Tegucigalpa, Honduras (20 septiembre 2001).- Las autoridades hondureñas identificaron 11 de 28 osamentas exhumadas en El Aguacate, este del país, donde entre 1983 y 1990 funcionó una base de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), informó este jueves un portavoz del ministerio Público (fiscalía).

Durante la exhumaciones en El Aguacate, 250 kilómetros al este de Tegucigalpa, "se exhumaron 28 osamentas en 27 fosas, y solamente 11 pudieron ser identificadas", indicó el portavoz Melvin Duarte.

El portavoz explicó que una de las osamentas fue identificada científicamente y otros diez porque en las respectivas fosas se encontraron frascos de suero que contenían papeles con los nombres de las víctimas.

Los restos pertenecen a María Riso Alfaro, Anita Tellez Centeno, Juan Alberto Fargas, Carlos Enrique Bustamante, José Abarca Polanco, Petrona Weger Mendoza, Orlando Pérez Andino, German Oporto Romero, Valerio Moreno Espinoza, Fernando García Munguía y Francisco Javier Guzmán.

El portavoz explicó que se presume que los 11 son nicaragüenses y que el Ministerio Público de Honduras coordina con la entidad homóloga de Nicaragua para tratar de localizar a los familiares de estas víctimas y determinar a quienes pertenecían las otras 17 osamentas.

Duarte recordó que El Aguacate era una base de la Resistencia Nicaragüense (RN, derecha) que con el apoyo de Estados Unidos intentaba derrocar desde Honduras el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FMLN) (1979-90).

La base disponía de un aeropuerto en el que los rebeldes recibían armas,
entrenamiento y abastecimiento de parte de Estados Unidos y un hospital donde eran atendidos los heridos en combates, algunos de los cuales murieron y fueron sepultados allí mismo.

Las exhumaciones empezaron el 27 de agosto por medio de los arqueólogos forenses guatemaltecos José Suasnavar y Ronaldo Avecedo y los antropólogos forenses Walter Hernández y Shirley Chacón, a iniciativa de la fiscalía hondureña.
Las autoridades hondureñas presumían que en la que fuera base de la CIA también estaban sepultados hondureños desaparecidos por colaborar con los sandinistas, así como miembros de una columna de 96 rebeldes que ingresaron en julio de 1993 en un frustrado intento por iniciar la guerra de guerrillas en Honduras.

Entre los guerrilleros, que fueron exterminados durante una operación
conjunta entre militares hondureños y estadounidenses, estaban el sacerdote estadounidense Jame Francis Carney, más conocido como el padre Guadalupe, y el jefe rebelde José María Reyes Mata.