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EL MARTIROLOGIO DE

LUIS NEGREIROS VEGA

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SU BIOGRAFÍA

NEGREIROS nació en Pomabamba (Ancash) y cursó sus estudios en el Centro Escolar de su ciudad natal. Ingresó a la Escuela Nacional de Policía y al egresar prosiguió estudiando en el Colegio Modelo de Lima.

Prestando servicios en el Tribunal Marítimo, con el grado de Cabo, intervino en la rebelión policial comandada por el General Pedro Pablo Martínez (20-2-1931), salvando milagrosamente la vida al esconderse entre los cadáveres de los caídos en esa acción. En julio de 1932 participó en la Revolución de Huaraz junto con el Mayor Raúl López Mindreau, el dirigente aprista Carlos A. Philips y otros miembros de la policía y el ejército. Fue sentenciado a prisión por la Corte Marcial que impuso la pena de fusilamiento a los cabecillas del movimiento revolucionario.

Al obtener su libertad en 1938, pasó a ocupar la Secretaria General de la Federación de Motoristas, Conductores y Anexos, gremio al que había ingresado a trabajar poco tiempo antes.

Desarrolló intensa actividad sindical entre 1939 y 1944 compartiéndola con su actividad política en las filas del aprismo clandestino.

Con motivo de realizarse una romería a la tumba de José Carlos Mariátegui (1-5-1944) pronunció un encendido discurso en el que propuso la formación de la Confederación de Trabajadores del Perú, ocupando de inmediato, la Secretaria de Organización, cargo donde sienta las bases del movimiento sindical moderno en nuestro país, agrupando petroleros, mineros, empleados particulares, obreros y campesinos.

En esa función descolló nítidamente y organizó la Unión Sindical de Trabajadores del Callao y la Unión Departamental de Empleados de Lima.

La CTP, bajo control aprista, promovió huelgas y paros de protesta contra la dictadura civil de Manuel Prado, a fines de 1944. Se desafilió de la CTAL, que era un organismo de fachada comunista dirigido desde México, por Vicente Lombardo Toledano.

Durante el régimen democrático presidido por el Dr. Bustamante y Rivero (1945-1948), la CTP se convirtió en una poderosa central sindical en el ámbito nacional e internacional.

Negreiros tuvo a su cargo la organización de los trabajadores azucareros, enfrentándose decididamente al feudalismo costeño. En julio de 1946, obtuvo la suscripción del Primer Pacto Colectivo de Trabajo entre la compañía petrolera (IPC) y los trabajadores de Talara que alcanzaron conquistas hasta entonces insatisfechas.

Ese año proyectó su figura al plano internacional al asistir como delegado del Perú a la III Conferencia de la OIT, realizada en México, siendo declarado huésped ilustre de esa ciudad.

En 1948, fue uno de los organizadores de la Confederación Interamericana deTrabajadores (CIT), que reunió en Lima a diversas organizaciones sindicales latinoamericanas. Poco después este organismo se transformó en la ORIT que agrupó a los trabajadores democráticos de todo el Continente.

Al instaurarse la dictadura militar del General Odria (Octubre de 1948), Negreiros asumió de inmediato su puesto de lucha en el campo sindical y en el político. Reemplazó en la Secretaria General de la CTP a Arturo Sabroso, cuando éste fue apresado. Al producirse el asilo de Haya de la Torre, pasó a formar parte del Comando Nacional de Acción del APRA, desempeñando la primera Secretaría General Colegiada con los líderes Carlos Manuel Cox y Luis de las Casas.

Cuando Cox y de las Casas fueron apresados, tomó a su cargo la dirección del perseguido movimiento aprista en una de las etapas más cruciales de su historia.

Incansable en la tarea de reagrupar los destrozados cuadros de su partido y de mantener viva la fe de los trabajadores que lo habían secundado en las acciones libradas a través de la CTP, se convirtió en presa codiciada por la dictadura de turno.

Hombre de coraje a toda prueba no dio tregua ni respiro a sus perseguidores. El 15 de Marzo de 1949, escapó a balazos de una primera emboscada, en la que resulto gravemente herido en el rostro su compañero Cirilo Cornejo.

Durante un año logró burlar el cerco policial que lo acosaba día tras día. Su nombre fue temido y respetado en los círculos oficiales del gobierno.

La noche del jueves 23 de Marzo de 1950, concurrió a la cita fatal con su destino. Acribillado a balazos por una banda de mercenarios, no le dieron tiempo a defender su vida como lo había hecho en otras ocasiones.----

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EL ASESINATO DE NEGREIROS

Texto: Roy Soto Rivero.

En aquella ya lejana época gobernaba el Perú el general Manuel A. Odria presidiendo una Junta Militar que se había encaramado en el poder, luego de derrocar a José Luis Bustamante y Rivero, elegido en 1945 con el decidido apoyo del APRA.

Bustamante fue depuesto por la denominada "Revolución Restauradora de Arequipa", típico cuartelazo que puso termino al ensayo democrático del 45 mediante el pronunciamiento militar del 27 de Octubre de 1948.

Poco tiempo antes, a raíz de la Revolución de la Armada en el Callao (3 de Octubre de 1948), Bustamante colocó fuera de la ley al Partido Aprista y perdió sustento popular. El General Odría asumió el mando sin mayores contratiempos. Bustamante marchó al exilio.

El gobernante de facto puso en marcha una ofensiva frontal contra el APRA y adoptó medidas de corte populista (salario dominical, participación de los obreros en las utilidades de la empresa, etc.), con lo que pretendió ganarse el favor de la clase trabajadora.

Consolidado en el mando, debido al apoyo de los institutos armados y de los sectores mas conservadores del país, dictó la ley No. 11037 de Seguridad Interior de la República, que cohonestaba toda clase de abusos y atropellos. El APRA nuevamente volvió a las catacumbas.

EL AÑO TRAGICO.

El año 1949 el APRA atravesó por una de las etapas mas criticas de su tormentosa historia. Sus principales dirigentes fueron apresados o exiliados. Miles de apristas llenaban las cárceles de todo el Perú. Socavado en sus bases por disensiones internas. Soportando con desventaja los excesos de una brutal represión. Imposibilitado de responder a la campaña de desprestigio desatada por una prensa venal al servicio del régimen militar. El partido fundado por Haya de la Torre estaba virtualmente destrozado.

En esas dramáticas circunstancias se produjo el asilo de Haya de la Torre en la Embajada de Colombia, en el mes de Enero de 1949. La dictadura extremó sus medidas represivas contra los apristas a los que la calificaba como "terroristas" y miembros de una "secta internacional". Pocos fueron los valientes que arriesgaron la vida y mantuvieron firme la resistencia clandestina.

Luego del asilo de Haya de la Torre, la dirección del partido fue asumida por un triunvirato conformado por Carlos Manuel Cox, Luis F. De las Casas y Luis Negreiros.

 

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