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Uno de los
personajes más importantes del aprismo auroral es sin duda
Manuel Arévalo. Un obrero humilde que superó las barreras
académicas gracias a la incansable lectura que estimulaba su
mente lúcida y curiosa. Su sed de conocimiento y justicia allá
por el sólido norte peruano lo condujeron al fundador del
Apra con quién pronto conjugó en mente y espíritu. Las
cualidades del jóven obrero fueron estimadas largamente por el
conductor del Partido del Pueblo. En las tareas de movilización
popular, de divulgación prográmatica y campaña electoral,
Arévalo demostró una combinación singular de valor, lealtad y
probidad. Definitivamente se trataba no solo de un gran líder
sino uno de los mejores que nuestro país ha tenido. El indicador
más concluyente que confirma esta apreciación es la revelación
de Haya de la Torre respecto a la sucesión de la jefatura del
partido ante una eventual desaparición física suya. Durante la
persecución política contra los apristas allá por los años 30,
cualquier dirigente podía ser apresado o asesinado. Ante ello
Haya de la Torre se habia decidido por Manuel Arévalo como
sucesor en la conducción del Partido. Es decir, el creador del
aprismo, luego de evaluar a todos los líderes de la época juzgó
como al más apto, nada menos que a este inteligente obrero. A
pesar de este antecedente, la obra y legado de Manuel Arévalo
no ha sido rescatada debidamente. Incluso dentro de los círculos
apristas, Arévalo es reducido solo a la figura de un mártir. Sin
embargo, para comprender la dimensión de este gran personaje,
debemos
remitirnos a su fructífero trabajo antes de su
apresamiento y asesinato a comienzos del año 1937.
Pueblo Continente
abre este espacio de divulgacion de la vida y obra de Manuel
Arévalo Cáceres como un homenaje a este egregio líder popular
ahora con ocasión de la conmemoración del
I Centenario de su nacimiento.
Lino Cerna
Manrique
Director PC
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